La participación de deportistas trans en competiciones cisgénero ha sido un tema polémico en los últimos años. Mientras que algunas personas defienden la inclusión y la igualdad de oportunidades para todos los atletas, otras argumentan que las diferencias biológicas entre hombres y mujeres pueden dar a los deportistas trans una ventaja injusta. En el presente escrito, se explorarán los diversos factores que forman parte de este nuevo fenómeno dentro de la industria del deporte.
Antes de profundizar en el tema, es pertinente definir algunos términos. Según el artículo La cisgeneridad y las políticas de enunciación en el transfeminismo brasileño, la cisgeneridad condición de la persona cuya identidad de género coincide con el sexo designado en el momento del nacimiento.
Por otro lado, el artículo La transgeneridad: identidades y movimiento social menciona que las personas trans son aquellas cuyo género identificado no coincide con el género que se les asignó al nacer, es decir, cualquier persona que no se siente, ve o identifica con el sexo asignado al nacer y rechaza la diferencia sexual como matriz natural. Las personas trans pueden someterse a tratamientos médicos y/o quirúrgicos para alinear sus características físicas con su género identificado.
Por ende, en el contexto de la industria deportiva, aquellas disputas denominadas como competiciones cisgénero se refieren a los encuentros deportivos en los que participan atletas cuyo género identificado coincide con el género que se les asignó al nacer.
Se debe tomar en cuenta que existen dos posturas respecto al tema: la que afirma que las deportistas transgénero si gozan de una ventaja en una competición y la postura que niega dicho argumento.
La primera considera que no existe una sola ventaja en el deporte. Las personas trans pueden presentar una amplia variedad de características físicas y fisiológicas, y las diferencias entre los atletas trans y cisgénero varían significativamente.
El estudio más reciente de Joana Harper, atleta transgénero e investigadora que ha asesorado al Comité Olímpico Internacional, concluyó que la masa corporal y la masa muscular de las mujeres trans se mantenía por encima de la de las mujeres biológicas hasta como mínimo unos 36 meses después de haber comenzado con las hormonas.
Existen varios ejemplos recientes que respaldan la postura de que las deportistas trans gozan de ciertas ventajas respecto a tus rivales cisgénero, como el de la atleta italiana Valentina Petrillo, quien sigue batiendo récords. Antes de 2018, previo a su transición, la federación italiana contaba con 11 títulos italianos para discapacitados visuales. Desde 2020, cuando Petrillo comenzó a competir dentro de la categoría de mujeres, consiguió 4 títulos más para la federación, 8 títulos italianos máster (vs mujeres sin discapacidad) y 6 récords de 6 en el sprint italiano para discapacitados visuales.
Registro de la Federazione Italiana Sport Paralimpici e Sperimentali. 2023
Sin embargo, el mismo estudio de Joana Harper encontró que los niveles de hemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno en la sangre por el cuerpo) en las mujeres transgénero alcanzan niveles equivalentes a los de las mujeres biológicas después de aproximadamente cuatro meses de terapia hormonal.
Otro punto a considerar es la importancia de la inclusión y la igualdad en el deporte. El deporte es una herramienta importante para fomentar la salud física y mental, así como la inclusión social. La exclusión de los atletas trans de las competiciones cisgénero puede tener un efecto negativo en su salud y bienestar emocional, así como en su capacidad para participar plenamente en la sociedad. Además, la inclusión de atletas trans en las competiciones cisgénero puede promover una mayor comprensión y aceptación de la diversidad de género en la sociedad en general.
Sin embargo, también es importante reconocer que algunas personas pueden sentir que la inclusión de atletas trans en las competiciones cisgénero es injusta. Esto puede deberse a la percepción de que los atletas trans tienen ventajas biológicas, o a la preocupación por la seguridad de los atletas cisgénero en las competiciones. Es importante tener en cuenta estas preocupaciones y trabajar para abordarlas de manera justa y equitativa.
Entonces, ¿cómo pueden las organizaciones deportivas abordar el tema de los deportistas trans en competiciones cisgénero? Como posible solución, Joana Harper menciona que la elegibilidad de los competidores debería incluir un biomarcador o varios para dividir a los atletas, donde uno de los biomarcadores sugiere que podría ser el nivel de testosterona. De igual forma, en vez de dividir en categorías binarias de hombres y mujeres, destaca que es posible una división por niveles de testosterona: niveles altos o bajos.
El establecimiento de políticas claras y justas para definir la elegibilidad de los atletas trans en las competiciones cisgénero es el siguiente paso en busca de la inclusión y la igualdad en el deporte.
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